Que hasta mis pies baje

Deléitame frente a la luna llena
De madrugada
Mis sienes atentas a la letra
De tu santisimo esplendor
Mi semblante brilla
Como Moshé 
Porque oscura es la noche
Y mi habitación es luz.

Revuelto entre letras
Y extraños diseños
La cabeza de un pobre desvaría 
La caída al abismo perpetra
Un profundo viaje a un infinito.

Ya de mañana
David el soberano 
Me acompaña
Al salir el Sol
Se escucha su canto
¡Cuán grata poesía!
¡Tan fina viveza! 
Olor grato al cielo
Se presenta al momento
De tu Unidad pronunciar
Y el Sol sonrojado
Comienza a llorar.

Mira ahora que el día avanza
Y el corazón asemeja al fuego
Harta es el hambre
Cuán grande es la sed
Fruto de árbol de vida
He yo de comer
Frente a la fuente divina
De tu santísima claridad
Se confunde mi alma
Entre agua y fuego
Y tu nombre sagrado
Convive en el centro del templo.

Exáltese tu gloria
Crezca mi temor
Y mi reverencia sea a ti
El propósito de la creación
Muchos de ellos han muerto
Sus muros han sido derribados
De frente unos con otros
Encontraron su calamidad
Porque sólo Tú Eterno
Me has dado victoria
Recibe ahora
Ofrenda santa
Incienso arde frente a tu altar
Pues mi alma ahora brilla
Por tu grata redención.

Es ya de tarde
Y algunas estrellas
Encienden sus luces
Muchas salen de mi boca
Al tu Unidad proclamar
Desde el corazón
En silencio cohibido
Encima de vastas ciudades y reyes
Oculto y profano
Ante los ojos necios de la vanidad.

¡Oh Santo!
Muchos justos parecen hablar de ti
En muy variados textos y en amplia cantidad
Sabiduría corporizaron en libros
¡Cuán pequeño e insignificante es tu hijo!
Quien se confunde entre los sabios
Sintiéndose tan cerca de ellos
El alma estalla y abandona el cuerpo
Como Shlomó me siento
Minúsculo ante tu grandeza
Ahora te ruego
En cuarenta y dos voces
Que mi plegaria sea a los hombres
Retorno y elevación.

¡Qué cortos los días
Cuando el hijo visita a su Padre
Cuando la esposa pura se presenta
Ante sagrada ceremonia!
¡Qué grato cuando los diez forman uno
Y los dos no son más que lo mismo!

Unge mi cabeza
Con extraño aceite
Que hasta mis pies baje
Y el reinado se glorifique
Entonces ellos no me conocerán
No verán mi rostro
Ni sabrán de mi presencia.

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